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Historia de un Árbol

Sonó la campana de clase, cogí mi mochila y salí corriendo. Mi abuelito iba a buscarme a la puerta del colegio. Me gustaba que fuese mi abuelo, siempre me contaba alguna historia de camino a casa.


Allí estaba esperándome, me abracé a el y le dí un beso. De camino a casa, pasabamos por una urbanización que tenía unas casas preciosas y siempre me quedaba mirando una de ellas. Era enorme, o por lo menos a mi me lo parecía, podía ser debido; a mi pequeño tamaño de por entonces. Tenía los muros de granito rosáceo. Los vecinos de por allí decían; que el granito lo trajeron expresamente de la sierra de la pedriza, en Madrid, que es rica en este tipo roca. La casa estaba rodeada por unos tupidos arbustos que le daban frescor a todo el cercado de la casa, junto a sus bien cuidados jardines y una piscina que poseía una preciosa cascada. En la entrada tenia una puerta de forja, de una altura considerable. Una casa majestuosa.


Miré a mi abuelo y le pregunté:
-Abuelo, ¿por qué existiendo casas tan bonitas y tan grandes como estas, nosotros vivimos en un piso pequeño, donde casi no entramos? -Ay, mi querida nietecita, el dueño de esta casa tiene mucho dinero porque cuando era como tú estudio mucho y ahora es médico, y eso le proporciona mucho dinero
-Abuelito, yo voy a estudiar mucho, y seré médico para tener una casita igual o mejor que esta
-Querida, tú debes estudiar y ser lo que mas te guste de mayor. Si tu decisión es ser médico, adelante, pero si eres médico es para ser medico no para tener una gran casa.
-Abuelito, claro que si algún día soy medico será para ser medico, no entiendo lo que me quieres decir
Mi abuelo me cogió de la mano, me sonrió y me dijo:
- ¿Recuerdas el árbol que hay junto al río debajo de casa?
- Si
-Pues cuando lleguemos a casa, nos vamos a sentar en un banco de los que hay al lado y te voy a contar su historia
Le di la mano a mi abuelo y no hablamos mas durante todo el camino, cuando llegamos al árbol nos sentamos en un banco y comenzó a contarme una su historia:
-Aquí, donde ahora ves tantas viviendas, antes había un bosque muy frondoso con árboles milenarios iguales que este. Decían que era un bosque encantado, y que sus árboles hablaban y se movían de lugar
Un día un vino a esta zona un arquitecto, varios constructores e ingenieros de caminos y decidieron que el bosque debía ser talado para construir viviendas.
Los árboles que oyeron a estos hombres, se reunieron y decidieron impedir que eso ocurriese.
Empezaron a llegar obreros junto a máquinas, sierras, hachas, excavadoras, etc., y dieron comienzo a las obras para talar los árboles. Los trabajadores ignoraban la inteligencia de esos árboles y cuando fueron a cortar el primer árbol, vieron que era imposible, que los árboles se habían juntado tanto que aunque cortaran el árbol, no caería. Para que ello fuese posible tendrían que cortar todos a la vez. El arquitecto, los constructores y los ingenieros de caminos, quedaron sorprendidos, ya que cuando estuvieron viendo el terreno, los árboles, no estaban tan unidos. Tuvieron que pensar en otra forma de actuar, trajeron otras maquinas más destructivas, logrando al fin comenzar su cometido. Durante todo el trabajo, de desertar la zona, hubo varios accidentes, donde incluso se llegaron a perder vidas, pues los árboles siempre hacían lo imposible para que no fueran cortados. Al mismo tiempo que talaban, se construían edificios, tiendas, etc., hasta que un día llegaron al final del bosque donde sólo quedaban los árboles de la vereda del río, que pasa por aquí. Entonces el arquitecto junto con los constructores y el ingeniero de caminos decidieron que esos árboles no se talaran. Porque quedaban bien y daban un aspecto elegante a la zona. Pero los árboles que había en ese momento, estaban indignados por lo que estaban viendo. Sus hermanos habían sido cortados y convertidos en muebles, por lo que decidieron que tenían que vengar sus muertes y pensaron que la mejor manera de hacerlo era sacando sus raíces y derribando todo lo construido. Pero un árbol les dijo:
-No, no hagáis eso, si lo hacéis acabaréis como nuestros hermanos
Contestaron los otros árboles:
- Somos árboles inteligentes y les enseñaremos que igual que a nosotros nos destruyen nosotros a ellos también. Tenemos que vengar la muerte de nuestros hermanos, de algo tiene que servir que ellos hayan luchado. Si no hacemos nada, ellos habrán ganado.
Por lo que dijo el otro árbol.
- Que poseamos inteligencia no significa que la mal utilicemos, y sacando nuestras raíces, no servirá, nada mas que para ser cortados, por lo que nuestra inteligencia desaparecerá.
Los árboles no quisieron escuchar al árbol y durante la noche sacaron sus raíces y destruyeron los edificios que había.
A la mañana siguiente sólo había un amasijo de hierros y cemento, donde las raíces se veían por doquier.
Los dueños de las casas, estaban muy furiosos y llamaron al constructor para que pusiese una solución de inmediato. Cuando vieron la catástrofe causada por los árboles se decidió que debían ser cortados, y dicho y hecho.
Cuando se dirigían a cortar el último árbol, una voz se escucho entre la gente y dijo:
-¡NO, no cortéis ese árbol!
Todos los que estaban allí entonces, se quedaron mirando al hombre y le dijeron; que si estaba loco. Que como no iban a cortar el árbol
Y el les contesto:
-Yo también he sido victima de esta catástrofe, pero este árbol, no ha sacado sus raíces, no es ningún peligro para las viviendas.
El constructor dijo:
-Éste árbol ahora no ha sacado las raíces pero quien dice que no lo haga mas adelante.
-Éste árbol no quiere ser cortado, y si hubiese querido sacar las raíces ya lo hubiese hecho, dijo el hombre
-No entiendo, dijo el constructor
-Este árbol ha demostrado su inteligencia, cuando se han cortado los otros árboles el ha estirado sus raíces a lo largo del río, sujetando las paredes. Si cortamos este árbol, las raíces se pudrirán y el río se desbordará inundando todo. Por lo que no se podrá construir nada aquí, pues el firme de la tierra, ya no será seguro.
Y contesto el ingeniero junto con el constructor
-Pero eso no significa que el no las quite de las paredes del río y las saque fuera para destruir todo
Por lo que replicó el hombre
-Éste árbol quiere vivir, si quita las raíces del río también morirá, pues la fuerza del río acabara con él.
Ya convencidos, aunque con dudas, el árbol no se cortó.
Como ves querida nietecita, el árbol aún sigue aquí, su inteligencia le salvó.
Impresionada por la historia que me contó mi abuelo.
Le hice una promesa:
Abuelito, he comprendido tu historia, y prometo que si un día soy médico, será para ser médico, no para tener una gran casa.


Begoña M. Bermejo





El rostro del placer

La oscuridad me impide ver con claridad. Su silueta, me incita a un deseo abrumador. Me estremezco con el juego de sus dedos en mi pelo. Siento, el peso de su cuerpo sobre el mio, su cálido aliento en mi cara... Saboreo sus labios tras un beso lánguido y ocioso con regusto a whisky.
Sus manos, se trasladan bajo mi falda y apartan la ropa innecesaria. Las caricias insistentes entre mis muslos consiguen que el placer linde con el dolor. Se detiene. Comienza a rozar mi organo carnoso.
La respiración empieza a ser jadeante hasta el punto de perder el aliento. Sorbo el labio inferior de mi boca, lo muerdo.Siento el sabor a la sangre. Los espasmos, recorren mi cuerpo.
Un grito en eco, provoca que el peso de su cuerpo me abandone. Asustada, enciendo la luz. La ropa de la cama está desordenada. La falda enredada alrededor de mi cadera, mis manos encajadas entre los muslos, los dedos, humedecidos...
Miro a mi alrededor y consigo, que mis ojos se aneguen de lágrimas, cuando al placer le veo el rostro.

Begoña M. Bermejo





Buscando el Amor.

Se que tienes rostro, que tienes alma, que vives, que sueñas, que hablas. Pero...¿dónde estás?.

Te he hablado más de mil veces y tú; no has contestado. He llegado a pensar que mis palabras no se escuchan, que mi voz no llega ni al sonido de un susurro, es de locos hablar a quien no te oye, aún así, no desfallezco en mi esfuerzo, si es necesario; grito.

Cuando hablo de tí, lo hago para recibir una respuesta sensata, algo que me diga como continuar pero sólo encuentro desolación, odio, celos, incomprensión. ¿Por qué?.

En quienes he confiado mi dolor, dicen, que si sigo por este camino, me perderé; que sólo puedo encontrar la soledad, la angustia, la desazón...no busco eso, quiero el amor y sé, que tu me lo puedes dar. Aunque te parezca extraño e insensato lo llevas dentro, tú corazón, lo está esperando y el mio deseoso de recibirlo.

Hubo una vez, que senti tu aroma, tu cariño, tus caricias, tus besos hasta un te quiero, sé que fué real, que no lo he soñado. Intento recordar día tras día esa sensación, ese amor que ahora busco y que con el paso del tiempo se va nublando.

Espero que esto te haga recapacitar. No me importa tu pasado pero si quiero compartir contigo mi presente, con mis alegrías, con mis penas, mis locuras... quiero que seas testigo de todo y que sientas mi amor, el que aún guardo para ti.

No creo que sea mi último esfuerzo por llegar hasta tí, pues mi esperanza no la pierdo, pero mis fuerzas de continuar buscando un amor que a lo mejor no desea ser encontrado, se van debilitando.

Dame un motivo para dejar de buscar, o algo que me haga continuar, pero dime algo mamá.


Begoña M. Bermejo