La conquista
Se presta al paladar de mi boca
el estigma verbal
que ahorca el cuello del alma
Sólo
el vacio perece
cuando la musicalidad
de unos versos
conquistan
mis labios umbríos
Y aquí estoy
volátil, ciega
y enamorada del estruendo rutilante
que otros degustan
Begoña M. Bermejo
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