¿Para qué marcharse?
Una colmena oscura remienda
la sábana del silencio.
Aún queda vino, y fuego
en la hoguera.
Sólo es una especulación provisional
considerar el camino importante
si el vino y la noche se agotan.
¿Para qué marcharse? ¿a dónde ir?
¿Acaso se ha erradicado el llanto
en algún lugar?
Desde el quicio de la puerta
se ve la lluvia caer.
Begoña M. Bermejo
Me resulta un poema muy bien logrado, amiga. Estupendo!
ResponderEliminarBesos
ResponderEliminar[ir
onde se encontram vivos
os remendos do corpo.]
um abraço, Begoña
bL