La miseria del pobre
siempre será
la abundancia del poder.
No hay método arcaico
ni futuro esperanzador,
que libere la condena de la
sociedad
de una conducta hipócrita
de líderes con ego imperialista
y faltriqueras
de piel de víbora.
No les quema el veneno, ni la
avaricia
que a miles de niños salvaría
del hambre…
prefieren henchir arcas
en un paraíso fiscal,
para comprar embarques
“a problemas resueltos de por vida”.
Vergüenza al catalogarlos como
personas
¡¿en qué sobre guardan su
humanidad?!
Es un estupendo poema; de tanta brillantez filosófica, como poética.
ResponderEliminarMis felicitaciones, amiga.
Besos
Muchas gracias, amigo. Un beso.
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